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Acné preadolescente: Cómo tratarlo correctamente

Por lo general, el acné se asocia a la adolescencia, ya que es el grupo de edad más afectado por este trastorno, pero también puede aparecer en otras fases de la vida: la edad adulta y la preadolescencia.

En este último caso se habla de acné preadolescente.

 

¿Qué es el acné?

El acné es uno de los trastornos cutáneos más comunes, especialmente en los países industrializados. De hecho, se estima que afecta a más del 70% de las personas en algún momento de su vida.

Es una enfermedad inflamatoria que afecta a las glándulas sebáceas y tiene una etiología multifactorial.

En el acné se produce por:

  • Aumento de la secreción de sebo, debido a la hiperactividad de la glándula sebácea.
  • Obstrucción del folículo pilosebáceo, con formación del tapón de queratina.
  • Alteración de la población microbiana de la piel, con mayor presencia de ciertas cepas de la bacteria acnes.

Las manifestaciones del acné 

La manifestación característica del acné son los comedones, también llamado punto negro (cuando es abierto) o punto blanco (cuando es cerrado), acompañado de lesiones inflamatorias como pápulas, pústulas y nódulos, según el grado de gravedad.

La cara es la zona más afectada, seguida de la espalda y el pecho.

 

7 años: la aparición del acné preadolescente 

En los últimos años ha aumentado el número de casos reconocidos de acné prepuberal, hasta el punto de que ya no se considera raro padecerlo a una edad temprana.

Hablamos de acné prepuberal cuando se produce entre los 7 y los 12 años y suele darse antes de la aparición de otros signos característicos de la pubertad.

El acné prepuberal suele manifestarse de forma leve y sin cicatrices permanentes.

Sin embargo, puede persistir durante mucho tiempo. Por ello, debe ser diagnosticado y tratado por un médico para limitar su impacto, también psicológico, en los pacientes jóvenes.

En el pasado, se creía que los pacientes con acné prepuberal requerían una evaluación endocrina sistémica. Sin embargo, hoy en día se considera una variante normal del acné.

 

En la mayoría de los casos no se asocia a trastornos endocrinos. Se estima que es cada vez más frecuente, como la aparición de la menstruación precoz en los países industrializados.

 

Primer paso para tratar el acné: hablar con un dermatólogo 

El diagnóstico del acné prepuberal debe ser realizado estrictamente por un dermatólogo, que identificará el tratamiento más adecuado.

Es importante no recurrir a los remedios "caseros", que podrían conducir a un empeoramiento del cuadro.

A menudo se tiende a minimizar el problema del acné, pensando que desaparecerá por sí solo. En realidad, este enfoque puede llevar a prolongar su aparición y a empeorar el impacto psicológico.

 

Tratamiento del acné preadolescente 

El tratamiento del acné preadolescente es similar al tratamiento del acné adolescente, con algunos ajustes. Estos ajustes se deben a la mayor delicadeza de la piel de los niños y a la posibilidad de que sean menos constantes en el tratamiento.

La primera opción puede ser la aplicación de medicamentos tópicos basados, por ejemplo, en la tretinoína o el peróxido de benzoilo. La duración y el tipo de tratamiento los determina siempre el médico.

El tratamiento farmacológico puede ir acompañado de un tratamiento dermocosmético. Los dermocosméticos pueden reducir los efectos adversos de los tratamientos, actúan en sinergia con los fármacos, reduciendo la posibilidad de secuelas (como la hiperpigmentación postinflamatoria y las cicatrices), y mejoran la calidad de vida de los pacientes.

 

Dermocosméticos: ¿Son aconsejables? 

Para la limpieza es aconsejable utilizar productos suaves, como un movimiento de limpieza, sin tensioactivos agresivos.

 

Para el tratamiento se pueden aplicar productos que contengan ácido azelaico o niacinamida, siempre siguiendo las indicaciones del médico y/o farmacéutico y teniendo en cuenta la mayor delicadeza de la piel de los niños.

El ácido azelaico es principalmente un agente queratolítico que también puede desempeñar otras funciones:

  • Evita la formación de comedones al inhibir la síntesis de ciertas proteínas en los queratinocitos;
  • Inhibe el crecimiento de Cutibacterium acnes;
  • Reduce la formación de sebo actuando directamente sobre la producción de sebo.

La niacinamida también tiene múltiples funciones como activo cosmético: tiene una acción antiinflamatoria y sebostática y ayuda a prevenir la formación de manchas cutáneas típicas del acné.

 

Por último, no hay que olvidar la importancia de la protección solar cuando se expone al sol durante periodos prolongados, por ejemplo, cuando se practican deportes al aire libre.

 

 

La información proporcionada no es un consejo médico. El contenido es meramente ilustrativo y no sustituye el asesoramiento de los expertos.